LA DIVERGENCIA EN LA EDUCACIÓN
Constanza Oxenford lucha contra la desigualdad en la educación
Oxenford es la fundadora de Geminare, una organización no gubernamental que le brinda la posibilidad a familias de bajos recursos a obtener una buena educación.
Por Sofía López.
Constanza Oxenford: “Mucha gente no cuenta con los recursos básicos para una buena educación". Crédito: Germinare.
El 45% de los jóvenes argentinos no completan la educación secundaria, según el INDEC (Instituto Nacional de Estadística y Censos). La mayoría de estos chicos pertenecen a familias de bajos recursos, por lo que tienen pocas posibilidades de planificar un buen futuro. Constanza Oxenford, fundó Germinare con el propósito de luchar contra la desigualdad de condiciones. A través del programa “Agentes de Cambio”, ayuda a proporcionarle educación de calidad a chicos de bajos recursos socio-económicos.
“Tuve mis momentos de incertidumbre, pero siempre creí en la capacidad de las personas para poder avanzar en contra de la corriente”.
Al finalizar su carrera universitaria en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, Oxenford sabía que no quería trabajar en política, y comenzó a pensar en otras posibilidades. A los 26 años viajó a Nueva York a hacer un máster en Sociología en la Universidad de Columbia. Allí, averiguó sobre organizaciones que trabajaban dentro del sector público de más bajos recursos y conoció Prep for Prep, una organización de Manhattan que le brinda la oportunidad a gente afroamericana y lationoamericana de una mejor educación. “Su sistema me pareció extraordinario y me inspiró a querer volcarlo en La Argentina”, afirma. Comenzó buscando fondos y becas escolares, pero no fue fácil: era el año 2001 y muchas organizaciones pasaban por un mal momento. “Tuve mis momentos de incertidumbre, pero siempre creí en la capacidad de las personas para poder avanzar en contra de la corriente”. La fundación comenzó ayudando a tan solo 12 niños en Pilar y Campana. Hoy, brindan su apoyo a 11 mil familias y se expandieron a las zonas de Zárate, Capital Federal y Tigre.
Germinare en latín significa “cargar a alguien”. Constanza fundó la organización sobre este concepto. Maico Cáceres es uno de los tantos testimonios del éxito de la fundación. “A mis 10 años jamás hubiese imaginado que iba a terminar el secundario y estudiar una carrera universitaria. Hasta hoy me resulta difícil creerlo”, confiesa Maico Cáceres. Hoy, es licenciado en Ciencias Políticas y realiza un máster en la Universidad de Salamanca, en España.
Sin embargo, no todos los casos son exitosos. Hay situaciones de familias que inicialmente tenían la motivación de avanzar y por diferentes razones no siguieron avanzando. “Por suerte es un porcentaje minoritario. Nosotros les damos las oportunidades y ellos eligen si quieren y pueden tomarlas”, afirma Oxenford.
Actualmente, en una situación de pandemia, Oxenford trabaja de lunes a jueves para la fundación. “Las familias están muy complicadas”. Con respecto al funcionamiento de Germinare, “No sabemos si vamos a poder empezar con una nueva camada porque requiere de una serie de movimientos que con la aislación no se puede”. Por otra parte, los viernes los dedica para ella misma. Cursa filosofía a la mañana y luego trabaja sobre su fotografía “Fariao”.
A pesar de la difícil situación y después de 19 años de trabajo, Oxenford busca hacer más. “Hay muchas personas que intentan superarse y no tienen la ayuda para hacerlo”. Germinare proyecta crecer en la Provincia de Buenos Aires y llegar a otras provincias del interior, para continuar brindando el apoyo que muchos no tienen y necesitan.
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